
Seguramente en algún momento de tu vida laboral te has planteado montar tu propia empresa. Y también es posible que hayas pensado en hacerte autónomo y así ser tu propio jefe. Y en el mejor de las casos, si encima te dedicas al ámbito deportivo, seguramente hayas pensado en montar tu propia empresa, para ser tu propio jefe en…tu propio centro de entrenamiento personal.
Si esta última opción es la que más veces has contemplado pero aún no te has lanzado a la piscina, hoy desde Apeced te damos unos buenos consejos para saber qué debe tener un buen centro de entrenamiento personal.
En primer lugar, es frecuente que resuenen muchas preguntas en tu cabeza, aunque ya habrás deducido las tres primeras que marcarán tu proyecto: ¿Dónde?, ¿El qué? y ¿Cuánto?…y no vas mal encaminado. Son las más frecuentes y posiblemente la más importantes. Aunque la clave está es saber, a cuál de las tres primeras preguntas debes responder antes.
¿Dónde ubicar el centro de entrenamiento personal?
La primera de las preguntas (¿Dónde?) responde a la ubicación de tu centro de entrenamiento personal. A todas las personas les gustaría comenzar su proyecto en una zona con un PIB tremendamente alto (aspecto que asegurará probablemente que la gente pueda pagar tus servicios), en un local moderno, con todas las comodidades posibles y un largo etcétera.
La auténtica realidad es que seguramente montes tu centro (si es el primero) en un lugar que conoces, que sea asequible (¿cuánto?), y con las medidas justas para asegurar un mínimo de clientela que te permita seguir trabajando a corto/medio plazo con el suficiente crecimiento mensual como para qué, a largo plazo, decidas dar el paso y cambiar tu ubicación.
Como consejo, lugares con un PIB muy alto no aseguran una clientela fija y su adhesión (o adherencia) a tu servicio/entrenamiento. Y una zona con un PIB bajo, tampoco.
Lo más realista es que escojas tres zonas en las que te gustaría montar tu negocio de entrenamiento personal. En segundo lugar, trata de enfocarte y determinar cuál es el número máximo de clientes a los que vas a poder atender diariamente y a la vez. Y en tercer lugar, móvil, tablet u ordenador en mano y unas buenas zapatillas, comiences a hacer un control de competencia que te permita saber si en la zona donde pretendes ubicar tu negocio alguien se te ha adelantado, si su servicio (oferta) funciona, si tiene una alta demanda, y cuál es el valor (precio) que le da a sus servicios.
Si el párrafo anterior lo has solventado con soltura, llega tu siguiente paso. Eso es, determinar qué oferta (tu servicio) va a ser la mejor para la demanda (tus clientes potenciales) con un valor (el precio que pongas a tu servicio) que te permita subsistir durante tiempo.
¿Qué debe ofrecer tu centro de entrenamiento personal?
En cuanto al primer aspecto (tu oferta), no te andes por las ramas: vete a lo seguro. Vete a lo que sabes que eres bueno/a. No tiene sentido montar un centro de entrenamiento personal para personas con discapacidad motora si nunca has trabajado con personas con discapacidad motora.
Y así podríamos enumerar un sinfín de ejemplos. Tengo personas a mí alrededor de muchos ámbitos relacionados con el entrenamiento y el rendimiento. Nunca se me ocurriría aconsejarles que montarán un negocio en el que su ámbito de actuación fuera un servicio en el que no se sintieran dentro de su zona de confort.
Una vez llegados a este punto, los aspectos 2 (la demanda) y 3 (el valor) vendrán de dos puntos fundamentales que ya deberías haberte planteado antes de llegar a este punto. Es decir, si de verdad eres un buen profesional y cuánto vale el trabajo que realizas.
Pues, ya hemos resuelto previsiblemente las tres preguntas más importantes que condicionarán tu nuevo negocio.
Pero para poder sacarle partido a tu nueva vida, primero, debes amueblarla. Y si piensas que este punto es el más sencillo porque se te pasa por la cabeza que es muy similar a ir de compras por cualquier superficie comercial, estás bastante equivocado.
¿Cómo elegir el material de tu centro de entrenamiento personal?
Uno de los aspectos más importantes dentro del cuadro de costes que tiene un nuevo negocio es lo que va dentro de él. Dentro de las innumerables opciones que tienes, marcas, materiales, colores, tonelaje, si es material nuevo o de segunda mano, intermediarios, etc., lo más sencillo es poner algunos ejemplos de lo que puede pasar si piensas que este punto es fácil:
- Si tu idea ha sido escoger una opción basada en un centro de calistenia / street workout porque has pensado que con un par de “barras en la pared” sería suficiente, es que no estás al tanto de (en precio de mercado) solamente en racks y un suelo que te permita amortiguar las caídas de tus clientes se te irá un buen pellizco.
- Si tu idea, por contra, ha sido un centro de entrenamiento personal enfocado a un público en general, en el que tendrás un poco de material cardiovascular (una cinta, elíptica, una bici, etc..), un par de racks, un par de barras, discos, y un sinfín de material que aparentemente no utilizarías pero siempre hay que tener cerca “por si acaso…”, tendrás otro buen pellizco.
Aunque como bien se dice, sarna con gusto no pica. Si es tu negocio y quieres que funcione, todo lo anteriormente mencionado es, sin duda, muy necesario. Más aún si tu centro (siempre y cuando hayas hecho un buen análisis de la competencia) tiene la intención de abrir para un público sesgado (tercera edad, mujeres, hombres, mediana edad, más jóvenes,…).
Escoger a tu cliente también es un punto importante del negocio. Igual que escoger una marca acorde a tus valores, y a tu persona.
Aunque eso es algo de lo que hablaremos en los próximos artículos.
Nuestro profe y autor del artículo
Héctor Liébana
“PROFESOR DE ENTRENAMIENTO PERSONAL”
- MBA Sports Management – Unisport Barcelona Business School.
- Graduado en Ciencias de la Actividad Física y Deporte por la Universidad Autónoma de Madrid.
- Ex Deportista de Alto Rendimiento por el CSD.
- Máster Oficial en Formación del Profesorado – Universidad Camilo José Cela
- Profesor Titular de la Federación Madrileña de Balonmano