
En primer lugar, lo que pretendemos con este breve artículo es aproximarnos a los suplementos deportivos, es decir, aquellas ayudas ergogénicas que por su evidencia científica y respaldo pueden ayudarnos a conseguir nuestro objetivo de forma eficiente y optimizada. Pero, no recomendando en ningún caso el consumo de forma tajante de ninguno de ellos, si no únicamente resaltando los posibles beneficios que la ciencia les ha atribuido.
Así, el consumo de los mismos no debe suplir nunca el de alimentos y nutrientes básicos obtenidos a través de la comida. Tampoco por otras fuentes como el sol o el propio descanso. Y se debe priorizar su uso únicamente cuando sean necesarios o los paute un profesional de la salud.